Hay que seguir apostando por encontrar una apertura en el horizonte de la Emancipación, anhelando que el pensamiento materialista del siglo XXI, en forma de Otra izquierda, pueda encontrar un lugar para hacer su duelo, despidiéndose definitivamente de la metafísica de la Revolución y propiciando la emergencia de una voluntad popular con vocación transformadora que cuente con las “malas noticias” aportadas por el psicoanálisis. De lo contrario, el carácter ilimitado del Capitalismo, manifestado a través de los dispositivos de poder del Neoliberalismo, logrará la catástrofe: el Crimen Perfecto. Y solo nos quedará contemplar el fin de la Historia.