"Alguna vez tuve que vender mis botas o mi reloj pulsera para conseguir un desayuno. Aguirre fue una película descalza, por así decirlo, una hija de la pobreza. Algunos actores y extras sentían que esa era una de las virtudes de la película y andaban todo el tiempo vestidos como sus personajes, aunque el vestuario estaba lleno de moho debido a la terrible humedad. Pero, como usted bien sabe, me habría gastado el presupuesto íntegro en tres días de haber rodado la película en estudio."