¿Por qué las migraciones no siguen las leyes de la oferta y la demanda? ¿Por qué la liberalización del comercio puede aumentar el desempleo y bajar los salarios? ¿Por qué nadie ha logrado explicar de manera convincente las condiciones necesarias para el crecimiento? Las experiencias de las últimas décadas no han ofrecido una imagen amable de los economistas: dormidos al volante (con el pie en el acelerador) en el periodo previo a la gran recesión, discutiendo después sobre cómo salir de ella, o haciendo oídos sordos a las voces de alarma sobre la difícil situación de Grecia o la zona euro, parecen haber perdido la capacida...