En ningún lugar alcanza el ser humano una presencia visual mayor que en su rostro. Por eso llevamos milenios tratando de descifrarlo a través de imágenes que, no obstante, acaban fracasando en su intento de captar el semblante vivo.
El presente volumen conforma la primera historia sobre el tema, con un enfoque en el que se dan cita la Historia del arte, la Antropología, la Psicología o la Neurociencia, entre otras disciplinas. Una historia que comienza con las primeras máscaras de la Prehistoria y termina con los rostros que producen los medios digitales. En las máscaras teatrales y en la gestualidad de los actores, en el retrato europeo y en la fotografía, en el cine y en el arte actual, el lector podrá descubrir los múltiples intentos que se han hecho para apoderarse de ese rostro vivo, así como su permanente frustración, pues al final esa vida se resiste a toda norma de representación e interpretación. La propia retratística de la Edad Moderna europea lo único que acabó produciendo fueron máscaras. Incluso el cine, que mostraba el rostro con un grado de intimidad sin parangón, salió mal parado de su pretensión de plasmar por primera vez al ser humano en una imagen «real».
Una apasionante exploración que pone de manifiesto cómo las imágenes van continuamente en pos de ese rostro vivo y por qué nunca alcanzan su objetivo. Un rostro que desempeña un papel crucial en la comunicación humana, pero que, sin embargo, desafía cualquier intento de representación visual.