Immanuel Kant escribe “Crítica del juicio” en 1790 y establece la fundación de la estética moderna. La obra se presenta a sí misma como un enlace entre las críticas anteriores, es decir, entre el dominio de la facultad del entendimiento (Crítica de la razón pura) y el dominio de la facultad de la razón (Crítica de la razón práctica) a través de la facultad de juzgar.