Si la concepción occidental de la eficacia, ligada a la modelización y a la finalidad, reivindica la acción, incluso hasta el heroísmo, el pensamiento chino de la eficiencia, indirecta y discreta, apoyada sobre el potencial de cada situación, induce "transformaciones silenciosas" que a menudo carecen de acontecimiento. François Jullien, filósofo y sinólogo, se ocupa de interrogar, más allá de esa divergencia, la naturaleza de la efectividad en ambas culturas: el modo en que la intervención humana se conecta con la propensión de las cosas y se deja integrar en ellas. Escrito como conferencia para ser leída ante dirigentes de empresa, este texto, tan breve como bello, se ocupa de separar el arte de operar sobre las situaciones y el ejercicio de la filosofía. Y, de allí, surgen efectos de lectura que involucran tanto la historia del siglo XX como la geopolítica -y la geoética- que vendrán.