Este texto aborda la problemática de los programas sociales actuales, entendiéndolos como la gran paradoja de la Argentina de la globalización. Mientras ésta promete un intercambio desterritorializado, dichos programas representan una vuelta a la localización, al recorte de poblaciones homogeneizadas y ancladas territorialmente. El peligro es naturalizar un modo de intervención que despoja a la cuestión de la pobreza de sus aristas políticas y legitima una lógica de gestión social cuyo horizonte máximo es multiplicar los programas compensatorios conforme aumenten los problemas derivados de la exclusión social.
