El punto de partida de este libro es el análisis del discurso del paciente psicótico frente al discurso "lógico" del terapeuta. Comprueba que se llega siempre a una situación estática, en la cual ni uno ni otro se desprenden de las certezas de un saber anterior, una forma de relación con el Otro aprehendida en los comienzos de la vida psíquica. De allí que, para abrir una vía de acceso a la psicosis, sea preciso remontarse a este encuentro inicial del sujeto con el discurso y con quien lo habla. Sin duda, las respuestas del psicótico deben entenderse como respuestas a la violencia de un modelo de interpretación, ejercida desde un saber al que se presupone superior. Es preciso aceptar, entonces, que analista y paciente se hallan en una relación de estricta reciprocidad en un punto decisivo: la falta de un presupuesto compartido; para ambos, el discurso del otro es discutible y carente de poder de certeza. La autora propugna una escucha más sensible y amplia del mensaje psicótico, reconsiderando los diferentes esquemas conceptuales que dan cuenta de la constitución del yo y la función del discurso.