Este no es un libro más sobre los tupamaros, sino una operación de rescate testimonial y reflexiva sobre la política en el Uruguay, desde la segunda mitad del siglo XX hasta el presente. Un grupo de tupamaros que lleva varios años en la cárcel decide enviar un documento político a sus compañeros que están libres, en el exterior. Encuentran inspiración en el libro Historia de dos ciudades, de Charles Dickens, donde se menciona a veintitrés mujeres guillotinadas, que fueron simpatizantes de la Revolución Francesa y creadoras de un lenguaje cifrado en las calcetas que tejían para los conspiradores contra el despotismo monárquico. Doscientos años después, los presos comienzan a tejer un tapiz en clave, con puntos de colores, que contenga el preciado mensaje. El tapiz debía sortear la censura para llegar hasta los destinatarios dispersos por el mundo, al igual que la clave de letras y colores que les permitirá descifrarlo. Luis Mazzeo, Mario Mazzeo y Augusto Gregori recuperan la historia del tapiz y otras que transcurren en los mundos carcelarios, pero este no es un libro más sobre los tupamaros, sino una operación de rescate testimonial y reflexiva sobre la política en el Uruguay, desde la segunda mitad del siglo XX hasta el presente. Se intenta generar una sana discusión sobre el antes y el ahora del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros, registrando y enfrentando muchos lugares comunes de la política y el periodismo, donde no han faltado fábulas e invenciones que distorsionan la imagen y la razón de ser de ese movimiento político. En este largo recorrido se habla del gobierno y del poder, de las transformaciones en el MLN y en toda la izquierda, de los desaciertos de la política militar, del Pepe y el Ñato, de la impunidad y el Punto Final, y de la siempre posible confluencia entre la Inteligencia y la razón. Entrelazando recorridos personales y debates históricos, los autores intentan exponer los pensamientos y los sentimientos de una generación. Coinciden en que “a la izquierda le hace falta un debate profundo y honesto, que le permita comprometerse en la apertura de espacios de discusión y reflexión política, para que nuevas generaciones puedan construir su proyecto, y tejer su propio tapiz”.