Rigurosamente extraña, la obra de la poeta uruguaya Marosa di Giorgio (Salto, 1932- Montevideo, 2004) da lugar, desde sus comienzos durante la primera mitad de los años ’50, a uno de los mundos poéticos más originales y de aspecto autárquico de la literatura latinoamericana del último medio siglo.
Producto de una consumación artística radical, Los papeles salvajes son, parafraseando a Nietzsche, una embestida de la exterioridad por la interioridad. Su energía conduce a la creación de un cosmos de entronque mítico, el cual, presentándose como consecuencia de sí mismo, relata, sin embargo, una historia que es mucho más que la historia de un lenguaje poético.
El “salvajismo” marosiano desborda un conjunto de estabilidades culturales y literarias que nos configuran. Así, las oposiciones entre mimesis y expresión, ficción y no ficción, narración y lirismo, identidad y metamorfosis o edad de infancia y edad adulta, pierden sus barreras. Ya sin ellas, la intemperie poética de Marosa nos envuelve en una belleza ascencional y siniestra a la vez, que nos recuerda, como quiere Rainer María Rilke, esa forma de lo terrible que todavía podemos soportar. (Hebert Benítez Pezzolano)