Las sociedades modernas se aceleran, se expanden incesantemente: innovan, aumentan la producción, acortan los plazos, estimulan el consumo, multiplican las conexiones. Pero esta aceleración no nos hace más felices: contribuye más bien a producir una creciente alienación. Si la aceleración es el problema, la solución, argumenta Hartmut Rosa en esta obra maestra, puede entonces residir en la resonancia: la calidad de la vida humana no puede ser medida solamente en términos de recursos materiales, simbólicos o físicos, sino más bien en términos de nuestra relación con el mundo. Según Rosa, las grandes crisis de la sociedad moderna pueden ser entendidas y analizadas justamente en términos de resonancia, y explicadas como resultado de nuestra relación quebrada con el mundo que nos rodea.