El miedo marca una época en la que están avanzando los populismos de derecha, aumentan los casos de depresión y se experimenta el capitalismo como una coyuntura crítica. El miedo es síntoma de una situación social de incertidumbre. La clase mayoritaria ve peligrar su futuro y el individuo se siente arrojado a un mundo en el que ya no se siente resguardado ni representado.
Valiéndose del concepto de miedo basado en la experiencia común de cada uno, Heinz Bude se hace eco de una sociedad marcada por una incertidumbre perturbadora, una rabia contenida y una amargura tácita, no solo en las relaciones íntimas y el mundo laboral, sino también en la relación con la esfera política y los servicios financieros.
Frente al angustioso cuadro de la hegemonía de unos sistemas tecnocráticos autonomizados que aparentemente se gestionan sin contar con los ciudadanos afectados, en muchas partes del mundo surge un nuevo tipo de político que se presenta como semejante a nosotros y se proclama valedor de nuestras identidades y restaurador de añorados órdenes salvos. Sin embargo, por muy familiar que nos resulte, suscita en nosotros tanto recelo y desconfianza como aquellos órdenes globales en los que ya no nos reconocemos.