“Onetti trabaja con un texto que pone al lector frente a un hecho que es la literatura misma. No hay nada que decidir, no se sabe bien qué es lo que pasa. Este tipo de escritores ponen a los lectores en aprietos”. Ricardo Piglia Pareciera que no existe nada capaz de alterar la armonía ultracatólica y bienpensante de la ciudad de Santa María. Sin embargo, desde la estación se escucha la llegada del tren que viene de la Capital. En él viaja Larsen, más conocido como Juntacadáveres (apodo que se ha ganado tras haber inventado “el patronazgo de las putas pobres, viejas, consumidas, desdeñadas”), y Nelly, Irene y María Bonita, las tres prostitutas con las que planea instalar el burdel de sus sueños en una casita de persianas celestes junto a la costa.