En un pequeño pueblo colombiano; cerca del mar Caribe;
los personajes de esta novela comparten un destino
común de pérdidas ¿de tierras; de familiares; de cultivos¿ y
mutilaciones ¿de piernas; de manos; de ojos; de lengua¿.
La violencia acecha y ante el primer indicio de deseo o placer
de estos cuerpos el castigo es tan brutal como implacable.
Incluso la exuberancia de la naturaleza atenta contra la vida;
dejando como única posibilidad el más absoluto desamparo.
Sin embargo; también de las mutilaciones brota vida y la memoria
por momentos retorna como un atisbo de resistencia.
Con una prosa tenaz; Vanessa Londoño construye una
novela inolvidable que retrata las consecuencias del horror
en un territorio sin códigos ni leyes; dedicado a repetirse perpetuamente
hasta que no cicatricen las heridas.
''La prosa de Londoño es violenta y exquisita; una poesía
brutal y sofisticada. Estremece al cuerpo lector: vibra vital. Late
con la sangre nuestra; la latinoamericana. Bisnieta de Rulfo;
estoy segura; será precursora de multitudes. Es literatura esto''.
Gabriela Cabezón Cámara'