Esta novela, de melancólica belleza y prosa afilada, explora el complejo laberinto que se dibuja en las pequeñas poblaciones, lleno de secretos mal escondidos y verdades a medias.
Daniel Acosta es un joven que vive en una pequeña ciudad del interior. Es pobre, y no tiene muchas alternativas de dejar de serlo. Está rodeado de gente, pero se siente solo.
Negándose sistemáticamente a obedecer el destino marcado para cualquier muchacho como él, y enfrentado a una situación límite, se verá obligado a salir de su habitual indolencia. En un acto desesperado, recurrirá al engaño y al robo. Pero no será el único que trate de escapar así de un mundo en donde la humillación y la venganza son solo variaciones del mismo infierno, el de la pobreza.
Henry Trujillo construye una trama vertiginosa que fluye hacia su inesperado desenlace, y presenta una galería de personajes que el lector no olvidará.