Un retrato lúcido e inmisericorde de un ser humano -matarife por vocación, soldado por necesidad- privado de sentimientos.
En este libro, su ópera prima, Márai relata con hondura y destellos de humor negro hasta qué punto una persona puede modificar su propia naturaleza sometida a los estragos de una guerra despiadada y cruel. Hijo de una humilde familia de talabarteros de Brandeburgo, la vida del niño Otto Schwarz da un vuelco tras presenciar el sacrificio de un buey en compañía de su abuelo. Fascinado ante la evisceración del animal, Otto descubre en esa escena de violencia y sangre su verdadera vocación. Pero el sueño de convertirse en matarife se ve truncado con la llegada de la guerra, donde Otto liquida a los soldados enemigos como lo haría con las reses, con una implacable falta de humanidad que se manifestará más adelante de una manera escalofriante y trágica. Con la distancia y la precisión de un cronista, Sándor Márai expone a través de un personaje singular el trastorno psíquico que provocó la Primera Guerra Mundial y se alargó durante los años posteriores.