Este libro ha sido concebido con espíritu conciliador y divulgativo para acercar posiciones distantes, sin que ello suponga dar por buenos ciertos tópicos que se han ido imponiendo a fuerza de repetirse. Ante un debate tremendamente apasionado, Álex Grijelmo muestra los aciertos pero también las contradicciones y los excesos, y tiene la sensibilidad, la independencia y la solidez necesarias para aportar claridad y sentido común. Algunos de los problemas que denuncia el feminismo sí se hallan en fenómenos de lengua, pero los más criticables (los refranes, los dichos o la perspectiva androcentrista que, a menudo sin darnos cuenta, aplicamos al hablar) no son necesariamente los que más se combaten. Frente al ruido relacionado con el lenguaje inclusivo, Grijelmo presenta un recorrido descomplicado, revelador, ameno y repleto de ejemplos; y ofrece una serie de propuestas que no pretenden decir la última palabra sino ofrecer un documento de trabajo para quienes quieran contribuir al debate con nuevas argumentaciones.