En medio de la euforia por la llegada del nuevo milenio, un museólogo caribeño recibe, de parte de una reconocida diseñadora de moda, una invitación a colaborar en una extraña exposición. Los une su gran interés por las formas del mundo animal. Siete años más tarde, frustrada la muestra, recupera -tras la muerte de la diseñadora- el archivo de su colaboración. Comprende entonces, en una larga noche de insomnio y lectura, que tras aquel delirante proyecto se encontraban las claves para descifrar la enigmática historia familiar de la diseñadora: un vertiginoso rompecabezas global que desembocará en el esclarecimiento de un épico peregrinaje político a través de la selva latinoamericana. Con la figura del Subcomandante Marcos y su insigne pasamontañas como telón de fondo, a medio camino entre las conspiraciones conceptuales de Don DeLillo y las ficciones errantes de W. G. Sebald, esta novela traza, mediante la trama policial que engloba sus partes, un brillante rompecabezas narrativo que termina por confrontar al lector con ese momento decisivo en el que el arte, guiado por su irrefrenable pulsión política, extiende sus límites y se arriesga a convertirse en algo más: en vida, en pasión, en locura. Nos hallamos ante una obra sobre el arte del anonimato, un relato que nos retrata escondidos tras las máscaras de nuestros miedos. Polifónica, caleidoscópica, Museo animal expone la ficción de un mundo atrapado entre la creencia y la ironía, entre la tragedia y la farsa. Una novela rabiosamente contemporánea, impresionantemente ambiciosa, que confirma a Carlos Fonseca como uno de los escritores más arriesgados de su generación y hace honor a los múltiples elogios que Coronel Lágrimas, su primera novela, recibió por parte de la crítica internacional.