Punto de partida, siquiera laxo, de la conocida serie de televisión Vikingos creada por Michael Hirst, la "Saga de Ragnarr Lodbrók" reúne, además de la «Saga de Ragnarr» (el documento más completo que permite rastrear la tradición del personaje o personajes semilegendarios que conocemos bajo este nombre), otros cuatro textos que ayudan a complementar su recorrido: «Fragmentos de una saga sobre los antiguos reyes», «Listado de los reyes de Suecia», el «Relato de los hijos de Ragnarr» y los «Dichos de Kráka». Aunque todos ellos escritos cuando ya el cristianismo había sido adoptado en los países escandinavos, poseen la particularidad (más allá de permitir al lector rastrear por sí mismo algunas de las más importantes fuentes del personaje) de reflejar en ellos aún algunos de los rasgos centrales, posteriormente desaparecidos, de la sociedad nórdica precristiana, en cuya escala de valores prevalecía, además de la pertenencia familiar, el honor y el derecho a la venganza, una estructura social aún no mediatizada por la Iglesia, así como una cosmovisión más acorde con los antiguos mitos y creencias antiguo-nórdicos.