Decir Todas esas cosas siguen vivas es decir que algo ha muerto. Como lo hace ya desde el título, Leonor Courtoisie parece afirmar para mostrar lo negativo: si se puede decir que hay, es sólo porque algo ya no está. En este caso, lo que se fue es un amigo que se define también por oposición –primo que no es primo– y a quien Courtoisie recuerda, vela, en un libro de poemas tan íntimo como Corte de obsidiana, obra de teatro que publicó el año pasado la editorial de la que forma parte, Salvadora, y sobre la que Georgina Torello escribió en estas páginas.
Si esa obra estaba marcada por las muertes (en medio del segundo párrafo se lee ya “El perro acaba de matar al gato”, que se convertirá en un leitmotiv de la pieza), el duelo da cuerpo a la creación poética en este primer poemario de Courtoisie, que pone en ejercicio una singular combinación de coloquialidad y un tono austero que le da un carácter, nuevamente, personalísimo.
Francisco Álvez Francese en La Diaria