Tomás se guía por esas coordenadas que enseñó Herrera. Lo posible y lo justo como máxima expresión del quehacer ciudadano. Sobre todo lo posible, siendo lo demás engaño, voluntarismo vano, e irrealidad. Un herrerista, lejano por razones cronológicas de la peripecia vital del Jefe Civil del Partido Nacional, pero que al igual que nuestro inspirador conjuga y amolda perfectamente a la España vital con los Padres Fundadores de 1776 que edificaron la mejor estructura política de la historia de la humanidad. Ese sentido del realismo político que plasma Tomás en sus escritos tiene un sello puramente herrerista, arraigado en el sentido de lo posible como gran faro político y en la realidad nacional como materia prima. Luis Alberto Lacalle Herrera