«La vida de Arthur Cravan en su periplo latinoamericano (y de Mina Loy, quien en enero de 1918 llega a México para casarse con el poeta, y juntos viajar por Argentina y Brasil) no fue escrita por otros, sino por él mismo en sus cartas. Sus cartas a Mina Loy son cartas de amor y de destierro, son cartas de vida y desesperación, escritas por un hombre que fue ante todo un poeta. Lo que Arthur le escribe a Mina son las palabras de amor más hermosas que labios humanos hayan pronunciado, son las palabras también de un desesperado (¿un suicida?) que vislumbró que la vida es atroz».
[Ricardo Echávarri]