Durante siglos, en la mayoría de las culturas tradicionales, las plantas y los hongos psicodélicos han sido sacralizados y respetados como medicinas poderosas. Numerosos pueblos indígenas los integraron en el viaje de sus vidas y transmitieron de generación en generación los conocimientos fundamentales que obtenían de ellos. Sin embargo, la cultura occidental moderna, empeñada en destruir todo aquello que no comprende, los ha hecho objeto de prohibiciones o fuente de todo tipo de miedos. Tras décadas de injustificada estigmatización, las plantas maestras y las sustancias psicodélicas comienzan a ser aceptadas en el contexto de nuestra sociedad. Parece que empezamos a recordar lo que sabemos desde hace siglos: los psicodélicos y otras sustancias visionarias tienen propiedades curativas y transformadoras, útiles tanto para el tratamiento de diversas enfermedades mentales (ansiedad, depresión, síndrome de estrés postraumático...), como para el desarrollo personal y espiritual. Lo que tienes en las manos es, por tanto, una guía de plantas maestras y sustancias psicodélicas para viajeros inmóviles. Con ella aprenderás cuáles son los distintos usos curativos de la ayahuasca, el peyote, los hongos psilocibios, el LSD, el iboga, el DMT, la salvia de los adivinos... y así hasta más de una veintena de sustancias psicodélicas, muchas de ellas legales y fácilmente accesibles hoy en día. Sabrás por qué en países como Estados Unidos ya se han aprobado en fase experimental las terapias asistidas con MDMA o ketamina. Conocerás la historia de los psicodélicos a través de un elenco de personajes valientes y visionarios, químicos contraculturales, brujos moleculares e investigadores de los límites absolutos de la conciencia, protagonistas de historias fascinantes y situaciones maravillosamente inverosímiles. Obtendrás nociones claras y prácticas de los efectos de cada sustancia, así como consejos y propuestas para hacer un uso seguro, responsable y enriquecedor de todas ellas, tal como ha hecho la humanidad a lo largo de milenios. Entenderás que las plantas maestras y demás psicodélicos no son meros amplificadores de nuestra experiencia «normal», sino catalizadores de estados del ser inaccesibles en general para la conciencia.