"Y Núñez se encontró a sí mismo intentando explicar el ancho mundo del que había caído, el cielo y las montañas, la visión y otros prodigios como aquellos ... Y ellos se negaron a creer o a entender nada de lo que les dijo ... Ni siquiera comprendieron muchas de sus palabras. Durante catorce generaciones, aquella gente había estado ciega y aislada del mundo de los videntes. Los nombres de las cosas alusivas a la visión se habían olvidado y habían cambiado."