La gente cuando se interpreta a sí misma, cuando se explica y se justifica a sí misma, suele cometer un desatino; cuando enuncian un sentido propio, por decirlo de alguna manera, las personas no tienen en cuenta que son el resultado de miles de millones de años de trabajo y evolución; y no lo digo porque haya que estar orgullosos de haber mejorado nuestros intrincados sistemas perceptivos y nerviosos, o porque especies mucho más poderosas hayan visto la extinción antes, sino porque debemos aceptar la complejidad inherente, el grado de elaboración minuciosa que constituye a una persona, y aceptar entonces que ser un ser humano es una tarea altamente compleja que involucra también una dificultad minuciosa. No es fácil ser un ser humano, digamos.
