Este cuento infantil trata sobre el valor del registro personal, a nivel emocional, corporal y sensorial, para niñas y niños, junto con sus madres, padres y/o cuidadores, como forma de ser más conscientes del comienzo de la existencia, integrándolo como un momento sanador, revelador y potencialmente emancipador.
Invita a tomar contacto con lo interno de cada uno, desde el lugar de madre, padre, cuidador, hijo, hija, para construir una historia de vida saludable desde el punto de vista psicológico, vincular y emocional.
Convoca al diálogo entre madres/padres/cuidadores y sus hijos/as para comprender las condiciones
de vida, los múltiples atravesamientos sociales, vinculares y las historias familiares, que giran y componen la creación de la existencia humana.
Colabora brindando herramientas y recursos psicológicos para enfrentar de mejor manera los conflictos emergentes al momento de convertirse en mamá, papá o cuidador/a de un niño o una niña. También brinda recursos para niños y niñas que forman parte de una familia desde diferentes caminos de construcción. Por último, propone reflexionar sobre esos diversos caminos que tienen una niña o un niño para llegar a la vida; de ahí el valor de su contenido.
Este cuento está dirigido a todos esos espacios donde exista la espera o la llegada de un niño o una niña a la vida compartida. Puede ser leído por todos quienes deseen compartir el inicio de una vida, de acompañar a quienes transitan su espera, o bienvenir a quienes llegan a ella. En momentos actuales de nuevos aprendizajes y desafíos en la dinámica familiar, en las formas y contenidos del vínculo maternantes/paternantes-hijos/as, quizá este cuento pueda aportar a las familias, para resignificar historias de vida.
Puede ser utilizado como herramienta de trabajo por profesionales de la salud, psicólogas/os, psiquiatras, parteras,doulas, ginecólogas/os, neonatólogas/os, pediatras, asícomo por profesionales de la educación, maestras/os, psicomotricistas, educadoras/es, profesores y todes aquellos que puedan escuchar, contener, orientar, sostener y acompañar a madres, padres, cuidadores, niños y niñas.
Es un pequeño cuento con intención de aportar a la salud mental, es quizá una oportunidad para mirarnos a los ojos, para conocernos, escucharnos y sobre todo encontrarnos en el amor de cuidar e sus orígenes, y sus infinitas formas de construirla.